miércoles, 24 de febrero de 2016

Capacidades humanas para vivir bien






Un enfoque de lo que se considera el bien para el ser humano, es la que plantea Martha Nussbaum.  Quien  elabora una teoría política conectada con la ética que parte de una concepción de las capacidades humanas a las que se les asigna especial relevancia para perfilar una noción de lo que significa vivir bien. Ahora bien, Nussbaum, habla de  un ideal eudaimonista adaptado a la Modernidad que actualiza la concepción aristotélica, recuperando la importancia del hábito, la práctica y la educación en el ámbito de los afectos y experiencia humanos para el desarrollo de una vida floreciente. También destaca en este planteamiento la importancia concedida a las emociones para el razonamiento ético. Según esta teoría las emociones constituyen el reflejo del estado de apertura del ser humano hacia aquellos objetos que considera valiosos y que escapan a su completo control, revelando sus limitaciones pero también los recursos con los que cuenta para desenvolverse en un mundo de conflictos y azar.

El enfoque de las capacidades propuesto por Martha Nussbaum tiene como objetivo demandar justicia hacia seres que no se han tenido en cuenta en las tradicionales teorías de justicia social. Nussbaum encuentra que existen tres problemas de justicia social aun no resueltos y que requieren una preeminente atención: justicia hacia los discapacitados, justicia hacia los animales y justicia entre las diferentes naciones. 

Según Nussbaum, la propuesta de capacidades básicas respeta la diversidad de las culturas y la autonomía de los individuos, a partir del núcleo común, por dos razones principales: la realizabilidad múltiple de las capacidades y la distinción entre capacidad y funcionamiento. Una misma capacidad fundamental puede realizarse de maneras muy diversas. Por ejemplo, sin afiliación o inserción emocional de los individuos la vida humana queda coartada, pero la afiliación interpersonal más fundamental se puede dar de diversas maneras, como en la familia nuclear de padres e hijos, en grupos de mujeres o en parejas homosexuales. Sin afiliación o afectividad no hay humanidad, pero la afectividad puede darse de distinas formas. Además, la idea de capacidades humanas no es dogmática porque exige la capacidad, pero no impone el funcionamiento.

Desde el enfoque de Nussbaum, la ciudadanía es concebida de una manera muy interesante, pues alguien se percibe como ciudadano por el sólo hecho de hacer parte de la especie humana. En este sentido, el criterio para hacer justicia a los seres humanos no consiste en contar con un conjunto específico de rasgos, tan sólo el pertenecer a la especie humana lo hace merecedor de un trato digno. Además de estos rasgos, los contractualistas suponen seres más o menos iguales en capacidades y aptos para desarrollar una actividad productiva.

En síntesis, el punto de partida de la tradición contractualista resulta problemático en varios sentidos. Como vimos, propone una concepción del ser humano que establece  un conjunto de rasgos característicos del ciudadano; así mismo, estipula que la razón que lleva a los seres humanos a unirse es el beneficio mutuo. Esta concepción tiene un punto de convergencia, a saber, la cooperación social es definida términos netamente económicos (Cfr., Nussbaum, 2007 a, p. 131), lo cual implica, que todos aquellos seres que no contribuyan en equitativas condiciones a la sociedad, o que no cumplan con los requisitos de ser humano que esta tradición propone, no se concebirían como sujetos de justicia básica, es decir, no recibirían un trato digno e igualitario.

Referentes:
Gough, Ian (2007) El enfoque de las capacidades de M. Nussbaum: Un análisis comparado con nuestra teoría de las necesidades. Disponible en: http://otrodesarrollo.com/desarrollohumano/GoughEnfo queCapacidadesNusbaum.pdf



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