martes, 23 de febrero de 2016

Ética como vocación y moral reflexiva






Según la filósofa española Adela Cortina “siempre han surgido confusiones entra la ética y la moral” y agrega “ en una sociedad democrática y pluralista tiene sentido no inculcar en los jóvenes la imagen del hombre ideal, pero tampoco la sociedad debe renunciar a transmitirle actitudes sin las que es imposible la convivencia democrática”. Y esas actitudes de las que habla la filósofa, pasan por los valores, los hábitos, las costumbres a lo que indefectiblemente no se puede renunciar, no se concibe una sociedad, sin esos puntos clave a la hora de su desarrollo, esto no lo es todo, pues tendríamos que hablar de una ética mínima tomando con  base los principios, valores y costumbres, pues no tenerlos sería como renunciar a la propia humanidad y una moral de máximos donde ya se entraría a satisfacer y tener absolutamente todo lo que se requiere para tener una ética por vocación. Al hablar de esto estamos ratificando que quien hable de ética jamás puede prescindir de la moral.

Si la ética está relacionada de forma estrecha al carácter de cada individuo, es evidente que en una sociedad como la nuestra no se puede vivir sin los principios morales antes reseñados ( costumbres, hábitos y valores), y todo esto lleva  a que cuando tenemos, aplicamos y conjugamos ello, alcanzamos y defendemos una ética mínima que tiene como conclusión la Libertad, entendida como independencia,  autonomía, poder participar, la igualdad, la solidaridad, el respeto activo y los derechos humanos ( derecho de expresión, de asociación, de reunión, de conciencia entre otras), para caer en los derechos económicos, sociales y culturales, que el individuo tenga derecho a educación de calidad, un seguro de desempleo, estos derechos son valores mínimos y dinámicos, por lo que si los miembros de una comunidad no tienen nada en común no pueden construir nada juntos, entonces dónde queda la justicia?,  y sin justicia no hay equidad y sin equidad difícilmente se construye una sociedad con valores, costumbre, y con ética mente eficaz.

Argumentan autores como Adela Cortina que “así como hay unas mínimas en la ética, también hay éticas de máximos en una sociedad pluralista”. Y agrega la misma autora que la ética de máximos son”  los proyectos de grupo que tiene una comunidad y que esos máximos comienzan con unos mínimos de justicia  y todos los proyectos que los lleve a una vida feliz, e ideas y propuestas que deben ser aceptadas, reconocidas por cada individuo para que a la postre sea un proyecto de grupo”. Todo esto lo resumen Aristóteles filosofo de la felicidad y Kant el de la justicia, y no se puede renuncia a ninguno de los dos, pues unidos forman la ética dialógica, es por ello que no las podemos separar, ni desligar.

La sociedad de hoy, tiende a confundir los caminos para encontrar la felicidad con el bienestar que no es más que tener  placer, sentirse satisfecho, pero esto solo es el camino a la felicidad total y plena, el bienestar forma parte de la felicidad, porque pensar en solo en el bienestar es entrar conflicto con la justicia, y felicidad sin justicia tampoco se puede dar.


Referentes:
Cortina, Adela. (1997) Democracia deliberativa. http://elpais.com/diario/2004/08/24/opinion/10932984 06_850215.html

No hay comentarios.:

Publicar un comentario